EL PELIGRO DE QUE LA SUPREMACÍA OCCIDENTAL LLEGUE A SER SÓLO BÉLICA


LA RENTA FICTICIA DE OCCIDENTE BASADA EN SU DEUDA PROGRESIVA II


Ya Dickens destacaba en sus novelas que el nivel de felicidad de una persona dependía más de su balance económico que del nivel de ingresos.

Tanto las familias como los gobiernos deberíamos cumplir con la premisa de gastar menos de lo que cobramos, sino queremos arruinarnos: a nosotros y, sobretodo, a nuestra descendencia.

El problema en Occidente es que en las economías inter-electorales, casi siempre de cortas miras, el endeudamiento progresivo, a la larga, es irreversible.

Aunque sea por endeudamiento, los ingresos elevados significan impuestos elevados, además, aporta una falsa sensación de bienestar basada en mayores rentas, aunque la menguada productividad no las justifique, aireada sensación de bienestar que no la justifica el incremento de suicidios o la simple búsqueda entre las basuras en las calles

Por todas partes vemos que en una economía global, el desfase del gasto occidental, acarrea problemas de todo tipo, como la baja competitividad del lastrado campo europeo con el de las economías emergentes. Eso si, nuestras “rentas” son mas elevadas…

Si vemos la balanza de pagos de Estados Unidos con un déficit continuo anual cercano al millón de millones de dólares, con una tasa de cobertura de sus exportaciones de sólo dos terceras partes, nos podría poner los pelos de punta pensar en sus consecuencias. En el otros extremo, se encuentra China con un superávit cercano a 500.000 millones de dólares.

Los países con déficit superan en mucho a los menos numerosos con superávit y mucho más todavía en sus cuantías (haber-debe).

Si intentamos hacer balance entre países deudores y acreedores veremos que los números negros y rojos no cuadran en lo mínimo. El debe y el haber global que tendrían que igualarse se encuentran extremadamente distanciados. Un gestor de cuentas afirmaría que el mundo podría estar en quiebra, sobretodo en el sector bancario, si sus números reales fueran accesibles.

La razón es muy sencilla, el mundo se ha polarizado en dos áreas que se complementan en su desequilibrio progresivo e inflacionario: un oriente productor y un occidente consumidor que hace crecer su renta por el simple endeudamiento.

La sobre-producción industrial de oriente y sobretodo de China no encuentra, por ahora, mercados válidos alternativos al occidental, al que debe nutrir de créditos y facilidades para que no decrezca su nivel de consumo y así mantener la producción de su industria. El mercado occidental es incapaz de generar de forma competitiva productos que le liberen de la dependencia industrial con oriente.

A primera vista, parecería que todo se transforma en un incremento del pasivo de occidente que se traslada al activo de oriente. Pero no es así, si oriente pospone cobros con occidente, no puede capitalizar su sistema productivo y requiere, a su vez, de créditos para pagar las materias primas, incluso, para el mantenimiento de sus fábricas. Pero: ¿de dónde sale tanto crédito?.., tanto para el consumo occidental, como para el productivo oriente. Es evidente, que del único sitio que puede venir, es del futuro.

El déficit endémico de países no muy poblados, como Israel, uno de los que más ha inflado sus rentas a pesar de su elevado déficit, puede tener como solución conflictos locales intermitentes que atraigan ayudas externas…

No olvidemos que muchas de las ciudades europeas actuales eran antiguos cuarteles romanos.

La funesta guerra ha sido una lucrativa forma de ingresos para no pocos mandatarios, aunque haya masacrado a la población. Escipión el Africano, mostraba la necesidad de destruir Cartago por la riqueza de sus cultivos.

Pero, ¿que solución puede tener el déficit continuo e inmenso de los Estados Unidos…?

A la larga, ¿Un conflicto que anule la supremacía económica de la parte contraria…?