LA ALARMA SOCIAL DEL COVID-19, ADEMÁS DE MATAR EN EL FUTURO, ¿MATA MAS QUE EL VIRUS EN EL PRESENTE…?


Ya dijimos que por la edad media de las muertes de Covid-19 no presenta una diferencia estadística significativa con la esperanza de vida media en Italia o en España, incluso, se encuentra algo por encima… Por tanto, salvo excepciones, el Covid-19 sigue matando a una mayoría de personas en situación supervivencia delicada, principalmente por la edad avanzada y, dentro de ésta, mucho más por las condiciones inmunodeficientes, como se dan en los ingresados en las residencias o, en mucha menor proporción, en los ancianos que viven en sus hogares.

Si hacemos cualquier prueba estadística entre personas fallecidas mayores de 80 años, que son bastante más de la mitad de las víctimas, que se encontraban en residencias; comparadas con las que no lo estaban, obtenemos resultados absolutamente independientes, que denotan las circunstancias caóticas de no pocas residencias tras el pánico social informativo, consecuencias que vinieron a sumarse, además, a un aislamiento bienintencionado pero nefasto.

Si no se hubiera declarado una situación de pánico como consecuencia de lo desproporcionada de la alarma social, ¿cúantas muertes hubieran sucedido…?, probablemente menos de la mitad, pero ésto ya es una opinión subjetiva. Si bien, lo que estamos seguros es que, pese a todo, los decesos de más que se anoten en 2020 no serán significativos comparados con los de otros años pandémicos, como ya dijimos, por ejmplo en invierno de 2005, cuando una gripe aviar “que no contagiaba a las personas” causó decenas de miles de víctimas suplementarias, que fueron catalogadas como decesos de complicaciones cardio-vasculares. Es cierto que al final todos acabamos muriendo del corazón, pero que se den los decesos al mismo tiempo… En 2005 no habíamos entrado todavía en la crisis, ni había razón para morir “tan asustados...”