LAS HUELLAS EN “LA NUBE” NO SE LAS LLEVA EL VIENTO

LA DEGRADACIÓN DE LA INFORMACIÓN NO SÓLO EN INTERNET, 3


Hace años a algún político se le ocurrió la idea de obtener mayor igualdad con los apellidos planteando que en lugar de heredar el apellido del padre como preferente fuera el más inmediato por orden alfabético ya fuera del padre o de la madre.

El problema consecuente era que en no muchas generaciones todos los españoles nos llamaríamos Abad o, quizás alguno anterior…

Con la “aparición” o mejor dicho la nueva especulación sobre la I.A. (Inteligencia artificial) puede suceder algo semejante ya que las respuestas confluyen hacia los textos más reiterados.

El problema es que esos textos son más el producto del “copia y pega” que de un conjunto de respuestas aleatorias diferenciadas, ya no digamos críticas entre si, lo que parece casi imposible.

Tanto es así, que se intenta legislar sobre los derechos de autor de los contenidos de la I.A. ya que muchos irían a parar a la ortodoxa Wikipedia.

Con el paso del tiempo, vemos la falta progresiva del contraste en la información en Internet.

Hegel ya planteó hace siglos la necesidad de someter a contraste o juicio cualquier información.

De hecho nuestra propia conciencia actúa de tal forma: tesis contra antítesis y como resultado la síntesis concluyente. En Internet, la antítesis en la mayoría de casos brilla por su ausencia, incluso las tesis sino fuera por el “copia y pega” quedarían reducidas a una fracción muy menguada.

A medida que la información de forma progresiva se institucionaliza, no sólo se repite hasta la saciedad el “reitera que algo queda”; sobretodo cuando falta o no se hace caso de la información numérica que debería sustentarla.

Es fácil ver por la reiteración del “copia y pega” que incluso los más profesionales intentan enajenar sus responsabilidades, no atreviéndose a sustituir una simple coma. Todo ello es fácil de comprobar arrastrando segmentos de textos a un buscador como Google, y ver las improbables coincidencias idénticas que nos hacen ver el menguado número de autores reales de los textos.

Es probable, que si se aplicara el análisis del “copia y pega” de forma reiterada veríamos: el elevado fraude, falta de competencia, o simple holgazanería intelectual. Al menos, la histórica máquina de escribir te estimulaba a redactar de nuevo el texto aunque fuera copiado.

¿Quien no ha hecho un copia y pega, aunque sea de nuestros mismos textos?... De hecho, nuestra conciencia también reitera el “copia y pega” de nuestras experiencias pasadas…

Pero el problema, es que el “copia y pega” actual queda en la nube y se ha hecho con una confianza plena de ingenuidad que puede costar muy cara, sobretodo porque está al acceso de los adversarios que casi siempre existen.

¿Cuántos políticos, escritores, intelectuales, etc... no querrían borrar sus peligrosas huellas del copia y pega?. En este sentido también se intenta legislar con lo que se denomina “derecho al olvido”, aunque muchas veces sea derecho a que se olviden del plagio...