LA PANDEMIA DEL COVID 19, A LA ESPERA DE UN PLAN MARSHALL DE MAS BAJO COSTE
En 2020 tuvo lugar una pandemia, que probablemente ya se había producido en 2004, cuyas consecuencias, por el inadecuado o interesado tratamiento de la información, a priori, hubieran sido insospechadas.
Las pandemia, como otras de causa zoonotica, tuvo unos inicios muy graves. Su origen más probable fue a partir de la zoonosis probablemente accidental desde un quiróptero en algún laboratorio del área de Wuhan, y se extendió desde diciembre de 2019 desde China hasta el resto del Mundo.
La mayor parte de la pandemia del Covid 19 llegó a Europa ya cerca de la primavera de 2020. Es probable, que el mayor contagio se produjera por el retorno de ciudadanos de origen oriental tras los desplazamientos por la celebración del año nuevo chino, afectando sobretodo a las zonas textiles del norte de Italia, donde trabajan gran número de personas de dicha nacionalidad, lo que no niega contagios anteriores y focos en otras áreas sobretodo metropolitanas de España y otros países.
Como hemos dicho en otros artículos, en general las medidas de confinamiento en este tipo de enfermedades no son tan efectivas como se cree, además como vimos llegaron muy tarde, cuando una gran parte de la población de dichos focos estaba contagiada.
En zonas climáticas más benignas y ya en primavera, como: Valencia, Andalucía, Baleares o Portugal, además de otras más frías europeas, más aisladas del contacto oriental y turístico, donde la ola llegó con posterioridad; no se vieron afectadas tanto hasta el invierno siguiente, si bien con menor gravedad, al estar ya más distantes al tiempo del contagio zoonótico de finales de 2019.
Durante los primeros meses produjeron en todo momento un mayor número de contagios que los detectados y aireados, motivado por un elevado interés comercial sectorial y político de prolongar todo el problema de la covid 19, sin tener en cuenta, o sí, las graves consecuencias económicas que sobrevendrían.
Asi, el número de contagiados manifestado se debió más a los recursos de análisis que a la realidad.
Con mucha probabilidad, donde tuvo lugar una primera ola con elevado número de muertes, como Catalunya o la comunidad de Madrid, las posteriores, que en realidad siguieron siendo la misma por continuidad de la pandemia en diferentes circunstancias climáticas, las réplicas fueron menores.
No tendría sentido que, si los contagiados de la primera ola alcanzaran a menos del 10 por ciento de la población, la segunda fuera mucho menor, ya que el 90 por ciento o más de no contagiados de la primera ola serían pasto del nuevo contagio por lo menos con la misma intensidad.
Por tanto, es evidente que la saturación de “rebaño” es inevitable en este tipo de enfermedades y se alcanzó en no demasiados meses. Como es habitual, la mayor gravedad afectó en más de 90 por ciento a la población más mayor, que sufrió problemas de todo tipo potenciados por el virus, si bien en muchas ocasiones se pudo observar la prevención de coagulaciones por la simple toma preventiva y continuada de la humilde aspirina o semejantes, que tantos problemas soluciona si bien a veces también los causa.
Insistimos que es muy probable que con la pandemia del covid 03, y no sólo en España, sucediera lo mismo, con un incremento de muertes en el invierno de 2004-2005 de 26.000 personas sobre los años anteriores y posteriores y más teniendo en cuenta la menor longevidad de la época. Pero en esta pandemia la cúpula de la OMS, no era la misma. Si bien por desconocimiento, o por no desequilibrar tanto la economía, la pandemia paso más desapercibida…
Con posterioridad se ha atribuido la gravedad de la pandemia de 2004-2005 al virus de la influenza AH3N2, si bien fue muy estacional. Por otra parte, el AH3N2 afecta también a jóvenes y niños, como sucedió en 1980 y 1982. Por el contrario, los excesos de muertes entre jóvenes en 2004-2005 fueron nulos, como lo fueron en 2020, con la pandemia del Covid-19.
Por otra parte, el Covid-03 se extendió por casi todos los continentes y “milagrosamente” no se desarrolló en ninguno...
Tanto en 2004, como en 2020, aunque fuera el mismo tipo de virus que el del resfriado, al ser de origen zoonótico reciente, causó un considerable número de víctimas principalmente entre las personas de mayor edad y de grupos de riesgo, sobretodo por el caos y el pánico en residencias y hospitales. De cualquier forma, incluso cuando los indicadores del Euromomo no daban exceso de muertes sobre la media, al unísono la mayoría de los medios de comunicación aireaban situaciones supuestamente dantescas. ¿Qué ocasionó la crisis informativa...?: fondos de contingencia , presión gremial, presiones políticas...
No obstante, se vio todavía un mayor interés desde determinados partidos y medios en elevar y prolongar el problema...
Como cualquier otro virus del grupo, como ya preveíamos el nuevo virus se sumó al amplio catálogo del resfriado, gravitando sobre el conjunto de la población, con actividad variable en función de la temperatura ambiente y de la inmunidad adquirida principalmente por los últimos contagios… El volumen de actividad y productos de las farmacéuticas fue cuantioso desde: mascarillas, tests, vacunas de todo tipo y resultado. Al principio todo eran precauciones con las vacunas, después ninguna quedó fuera, si bien se vieron sometidas a intereses comerciales locales…
Se planteó la peligrosidad de las vacunas de virus entero para las personas de mayor edad, a las que se recomendó las de segmentos de ARN del antígeno. Si bien las vacunas de segmento de ARN no muestran tantas complicaciones como las de virus entero, su periodo y potencial consecuente de “inmunización”, como sucede con la mayoría de vacunas de la gripe también de este tipo, son bastante limitados. Así, se vio que sólo pasados algo más de un trimestre las personas de mayor edad, ya vacunadas, enfermaban y seguían causando más del 80 por ciento de las muertes, si bien en una línea de excesos de muertes bastante menguadas según el Euromomo.
Los resultados, como era de esperar no fueron tan infalibles como se aireó por los medios de comunicación. Después se vio que el periodo de “inmunización” de las vacunas incluso en las más efectivas y por tanto agresivas, pese a la contundencia de sus manifestaciones en no pocos casos bastante graves sobretodo en las de virus entero; alcanzaba, como la de la gripe, en general menos de un semestre, lo que daba pie evidentemente a perpetuar el problema y para otros sus oportunidades. En seguida se habló ya de terceras dosis y sucesivas, con iniciativas apresuradas por parte de políticos históricamente vinculados a operaciones con farmacéuticas priorizadas.
Como consecuencia, ya en el verano de 2021, durante la denominada quinta ola, si bien siempre fue la misma con saturaciones periódicas, se vio que el mayor numero de victimas, más del 80 por ciento, eran personas mayores de 80 años ya vacunadas…, si bien la información seguía siendo extremadamente parcial y reiterada, incluso se llegaron a negar de forma categórica por personas del sector sanitario-informativo, que las muertes se produjeran en personas vacunadas, como si se pudieran ocultar más de 6.000 muertes durante el verano de personas mayores vacunadas, recalcando siempre ejemplos convenientes, como: “que tal individuo negacionista había sucumbido por no estar vacunado”. No sólo en España, se trató el problema como si se tratara de informar a una sociedad infantil, también sucedió en muchos países sobretodo de habla hispana, incluso se criticó a países de mucha tradición científica como los nórdicos la “relajación” de las medidas sanitarias.
El análisis hemerográfico de los medios de comunicación mundial fue bastante significativo, afectando el mayor volumen de dedicación a la Covid-19, incluso a países más sometidos a otros problemas sanitarios por su clima tropical, como algún país antillano, con una densidad de muertes muy inferior por coronavirus a la media mundial. El análisis de los medios, de países y sus gobiernos pudo dar una clara “orientación” de la irradiación del problema, si bien se encontró, por ejemplo, en Europa una colaboración política nada desinteresada con luchas y privilegios de determinadas farmacéuticas, que pudieron incluso en algún caso dar problemas de prevaricación…
Si no queremos sucumbir por problemas colaterales de una sobredosis sanitario-política, el problema debería acabar, al menos, como con la gripe, dado el corto periodo de “inmunización” de las vacunas y la mayor peligrosidad de las que no son de segmento de ARN, aunque sean algo más efectivas y puedan sus efectos alcanzar medio año, la vacunación debería realizarse en las personas de mayor edad o inmunodeficientes en octubre, con vacunas de segmento de ARN y esperar que la estación invernal no se prolongue demasiado...
Recordamos una vez más que el “benigno” resfriado histórico es la enfermedad contagiosa que más muertes causa, ya que afecta de forma particular a las personas de mayor edad que han tenido la suerte de librarse de problemas anteriores, principalmente del cáncer y corazón, sin dejar de lado otras complicaciones de la senilidad.